domingo, 1 de enero de 2012

2012: Un verdadero Nuevo año...

La poesía debe volver a ocupar el lugar que dejó en las noches oscuras y frías, debe volver con la intensidad de los años de soltería y de enamoramientos, debe volver a enredarse entre cada hebra de cabello, cada palmo de la piel y cada poro... La poesía vuelve, a borbotones, llena de un ímpetu desvergonzado por mostrarse de nuevo delante de mis ojos, viene a devolverme la esperanza perdida, a colorear mi vida, en medio de la rutina taciturna del macabro juego de Uribe: trabajar, trabajar y trabajar... Quiero un año nuevo, un año de novedades, un año de regocijo, en el que pueda con mayor firmeza aferrarme a la barra... de hierro...

Esperanza
He vivido cansado,
en el agotamiento sufrido y doloroso
de una vida que no había visto su propio yugo,
He vivido cuesta arriba,
una apuesta insegura de aprendizajes repetidos,
de curvas peligrosas
y de encuentros algo brillantes...
He vivido lentamente,
una vida que se encarga,
de mostrarme desde arriba,
el camino silencioso, recto y aun brumoso
de la razón ultima del esfuerzo y la fatiga.
No es más lluvia la que moja estos tejados,
ni las nieves prometidas que aun no llegan,
no es el rocío que brilla en las mañanas en cada hoja,
ni el vapor que se condensa junto a mi cuerpo en las mañanas a tu lado,
algo aun más líquido nos hace padecer de esta angustia,
de este ahogo momentaneo,
de esta euforia,
de contar y no contarte,
de seguir sin encontrarte...

No hay comentarios: